Pasada la locura de las navidades y la todavía más locura de cambiar todos esos regalos con los que no han acertado, cabe preguntarse, que dicen de nosotros los regalos que hacemos y  nuestra reacción al recibir regalos que no son totalmente de nuestro agrado.

Yo siempre he sido partidaria de cambiar los regalos que no gustan o que no se van a usar. Me parece una consecuencia normal y mucho más adecuada que acumular ropa y demás objetos no deseados. No lo considero una falta de respeto o de agradecimiento, está claro que todo el que regala lo hace con la mejor de las intenciones y con la ilusión de acertar, pero sabemos que somos “especiales”, que incluso dependiendo del día pueden cambiar nuestros gustos. No nos engañemos, yo soy la primera que a veces me paro ante un escaparate y no soy capaz de decir si me encanta o me horroriza, e incluso hay veces que si yo comprara mis propios regalos no acertaría…

Pero los casos que se nos han dado este año en la tienda no tienen desperdicio.

Cuidado con los amigos invisibles, sobre todo si no conoces en exceso a la persona a la que te ha tocado en suerte regalar, tenemos en Malizia una pequeña representación de las tazas y demás cosas para el hogar de la marca GreenGate, objetos que nos tienen enamoradas a todas (os dejo unas fotos para que juzguéis por vosotr@s mismos ), pues bien, una clienta habitual de esta marca, que la adora, decidió regalarle un precioso delantal estampado de flores acompañado con unos manteles individuales a juego.  La receptora de dicho regalo no solo no le gustó, sino que incluso se sintió ofendida, hasta tal punto que tras el espectáculo ocasionado por sus muestras de descontento, dudaban mucho que esa distendida reunión navideña volviese a tener lugar o por lo menos con regalo de por medio.

Pero en ocasiones incluso la persona que mejor te conoce puede equivocarse, o puede que ni siquiera quiera saberlo y el regalo vuelva a la tienda tal y como salió de ella (con el envoltorio intacto). Eso nos pasó estas navidades y ante la cara de estupefacción de mi compañera cuando un chico que había comprado un conjunto para su novia volvió con el paquete sin abrir, él le explico que su pareja no había querido ni abrir el paquete porque consideraba que todo lo que había en nuestra tienda era carísimo y que por lo tanto no quería nada de allí. Pues sí, creo que aquí podría aplicarse eso de crea fama y échate a dormir, porque aún que el abanico de precios de nuestra tienda es muy amplio se ve que hay famas que preceden hasta el punto de no querer ni siquiera abrir un regalo hecho con la mejor de las intenciones.

Os puedo asegurar que nuestra cara de asombro fue total, por varios motivos, el primero por esa fama que nos hemos ganado inmerecidamente, ya que puedo asegurar que los precios en nuestra tienda son los mismos que en otras de la ciudad y si bien es cierto que hay prendas más exclusivas cuyo precio sí se eleva un poco por encima de la media, la mayoría entra dentro del nivel medio.

Pero sobre todo por el hecho de que nos parecía imposible que ni siquiera se molestara en abrir el regalo antes de juzgarlo, a mi modo de ver una falta total de respeto, porque como comencé diciendo, es muy fácil equivocarse a la hora de regalar, es muy lícito (incluso recomendable) cambiar algo que no vas a usar y quedará olvidado en el fondo del armario. Pero presuponiendo siempre la buena intención de la persona que regala e incluso su ilusión al elegir el  regalo, que menos que agradecer ese interés haya o no acertado.

A quien no le encanta recibir regalos? La incertidumbre, la emoción al romper el papel de regalo, saber que alguien se ha acordado de ti y ha gastado parte de su tiempo en elegir algo que cree que te gustará.

Así que ante cualquier regalo, grande o pequeño, esperado o no, para celebrar algo especial o simplemente la vida cotidiana, sea caro o barato, te guste o no… SONRRIE!!!!!